Habia pasado tiempo desde que realizaba una entrada. Disculpa si te tengo algo olvidado, pero es que he tenido otras obligaciones y distracciones ociosas que me han alejado. Agrégale el hecho de que no tenia ninguna idea, sobre que contarte en la semana que te mantuviera ligeramente entretenido. Recordé que tenia un viejo proyecto que comencé con un cercano amigo mio, el actualizo su blog con una versión terminada de su trabajo, y me motivo a terminar el mio y acoplarlo a su final, gracias. Esta es la entrada de la semana, "El Héroe es un cobarde", es algo extenso para un blog. Por cierto, si eres de los hijos de puta que roban contenido ajeno, deberías sentirte avergonzado por ser un fracaso como escritor y tengas que rebajarte a robar algo tan malo como esto. Tal vez yo sea pésimo en esto, pero al menos mantengo mi orgullo y honor. ¡Disfrútalo!
CAPITULO 1
-Hu, hm, hm hm hm hm, necesito recuperar mi aliento.
“Corre, Andrés, Corre” es lo único que se me ocurre para este
momento, después que ocurrió toda esta mierda es lo único en lo que he pensado,
sobrevivir. Estoy seguro que el darwinismo social nunca pensó en “la
supervivencia del más cobarde”, si del que mas corriera se tratara,
aparentemente yo sería el ganador.
Han pasado ya más de 3 días y la única conclusión a la que he
llegado sobre la gente en medio de una catástrofe es que…
-Mierda, no otra vez.
Un pequeño grupo se mueve tambaleante en mi dirección, más
vale seguir hablando en voz baja y correr al lugar “seguro” más oscuro posible.
Toca seguir corriendo. Como leí en algún libro que no recuerdo, “ya no existen
lugares seguros, solo existen más seguros”. Tengo ganas de vomitar, es la 3°
vez en el día y no he comido bien, dentro de poco desmallare. Necesito
sentarme, acostarme, intentar descansar, pero no, primero debo encontrar a mi “oscuro
más seguro” y después si lo intentare.
A lo lejos hay un vecindario, mi búsqueda de “algo” en el
centro de la ciudad ha sido tan exitosa como los intentos de una gallina para
volar. Hay decenas de casas, no habrá problema en escoger una. Aparentemente
esa decisión depende de dos variables, ¿está oscuro? Y ¿Hay adentro alguien o algo? Por un momento mi
sentido común se apago, un gran error, entre a la primera casa que vi. Era una
casa de dos plantas, en realidad era una, pero sigo pensando en dos, tenía los
vestigios de la esperanza de país tercermundista, los ladrillos y varillas
puestas en el techo de la primera planta, una de las pocas cosas que respeto de
la gente de mi país. Aspiro que esta esperanza inherente a la gente que aun
vive en este país, o siquiera la ciudad, se mantenga.
Mientras me adentro casi cayendo del cansancio, noto la
simplicidad del hogar, una terraza amplia, dos macetas tiradas en el suelo,
normalmente las alzaría pero no me puede valer menos en este momento, la sala
evidencia un ambiente familiar que creo que es único de la costa, el sofá
frente al tv con una mesita entre los dos, una mesa más pequeña al lado del
sofá, una mesa de comedor al fondo y justo al lado de la mesa de comedor…
-Maldita sea, espero y estés disfrutando esto Dios
Los cadáveres de una familia entera, 3 de ellos con un
orificio en la frente. No le daré cabeza a esto, estoy demasiado exhausto si
quiera para pensar, es tarde, me siento en el sofá.
-Tres, dos, u…
Mi cabeza cae, mi cuerpo retumba y caigo muerto del sueño en
el sofá. Es extraño como las condiciones del cuerpo le permiten a uno ignorar
por completo factores externos como el trauma que le causa a uno ver una
familia completa masacrada por otros y entre ellos mismos, quizás para morir de
una manera digna, y también de la increíble peste que despiden puesto que deben
llevar 36 horas muertos.
-Ya es medio día
Debí haber dormido más de 20 horas, ahora que lo pienso estoy
en medio de la escena de una masacre, regreso a la realidad, y después de un
frenesí adrenalistico de carrera y cobardía he recordado que tengo familia. Mi
pulso se acelera, mis pupilas se dilatan, me cuesta respirar…
-Deben estar bien, por muy inútil que haya resultado el
ejército para contener, eso no implica que realizaran una buena tarea de
extracción y rescate, les doy puntos por eso, espero haya sido así
Una vez más estoy en calma, una calma relativa, pero es algo.
Ahora que estoy descansado puedo restablecer mis prioridades. Me siento “más
seguro”, estoy desarmado, desfallezco
del hambre, necesito prendas nuevas, tengo sed. Estoy casi seguro que iría como
algo así:
1.
Comida
y agua, churrasco argentino y una coca cola bien fría
2.
Arma,
preferiría no usarla
3.
Ropa,
algo ligero pero resistente
-Coño, me encantaría comer un churrasco argentino ahora
mismo…
Me dirijo a la cocina y atravieso los cadáveres, tal vez
comer carne no sea tan buena idea, la nevera no tiene luz, la carne se perdió,
hay dos latas de atún, unas tres manzanas, un racimo de apio y una pequeña
bolsa con espaguetis. Prepararía los espaguetis pero tengo miedo que el olor
atraiga algo, me limitare a comer lo que me queda. No estoy del todo satisfecho
pero es algo
-Hmmmm
Algo interrumpe mi momento especial. Miel y ambrosia no
fueron completamente degustadas como deberían ser, ese no fui yo, mierda, mejor
me escondo en el desván, sonó demasiado cerca como para poder correr.
Han pasado ya tres horas dentro del desván, y cada vez más me
avergüenzo de mi mismo, desde los 15 años pensaba en lo que haría en una
situación así y cuando me preguntaban siempre respondía con orgullo. Quisiera
poder experimentar ese orgullo de nuevo. Aunque esas 3 horas no fueron
desperdiciadas, fueron 3 horas de sueño, descanso que se aprovecho, tal vez fue
la sensación de éxtasis luego de comer algo. Por fin recojo el valor suficiente
como para salir del desván, no hay nada afuera. Puedo darme por servido, he
comido algo y tengo fuerzas para buscar a alguien o algo útil. No me gusta este
estilo de vida que estoy desarrollando, viviendo de la carroña, de las sobras,
de lo que encuentro, me pregunto cómo haría la gente que vive del estado, con
programas como “Familias en acción” y cosas por el estilo. Lo único bueno que
tengo en este estilo de supervivencia es que por suerte, he evitado la
confrontación al máximo, y tengo suficiente tiempo para pensar en cómo no
quedar loco, razones por las cuales actuó, justificando cada acción que tomo.
Para mi desgracia siempre hay algo que me dice que estoy obrando mal, a lo que
hay otro algo que me recuerda al darwinismo social.
Saliendo de la casa, vuelvo a ver la escena del crimen, esta
vez con más detalle para encontrar aquello que es capaz de hacer un agujero
uniforme en una frente. Ya me acostumbre a la presencia de sus miradas al
vacio, es triste pero es lo único que puedo hacer. Me agacho y encuentro algo
en las manos del padre.
-Enhorabuena, ¿Pero qué cojones...?
Para mi desgracia el arma no tiene balas, pero al menos es un
arma, una Walther PPK. Aunque no tiene balas, esta familia ha hecho mucho por
mí. En medio de su muerte, me brindaron un techo, esperanza, alimento y
consuelo. Voy a uno de los cuartos, tomo una sabana, regreso a la sala, cierro
sus ojos y pongo la sabana encima de ellos, es lo máximo que puedo hacer. Con
suaves pasos, como los de un monje saliendo de un lugar sagrado, me dirijo a la
salida.
-Gracias
CAPITULO 2
Al salir de
la casa comienzo a enfundar el arma bajo el cinturón de mi jean, no tengo un
suéter, por esta razón tengo que conseguir ropa. Antes de terminar de guardar
el “inútil” arma, recuerdo algo muy importante sobre ella
-Mi nombre
es Bond, James Bond
Y decían que
ver muchas películas no traía nada bueno, a la larga este momento cómico me ha
evitado el pensar demasiado en la tragedia de la familia que estoy dejando atrás.
A lo mejor regresare al centro y veré que encuentro, tal vez comida enlatada,
un suéter o a lo mejor balas.
Es gracioso,
ese recuerdo de James Bond me ha mantenido tarareando “The World is not enough”
de Garbage, tanto así que perdí la noción del tiempo y el espacio en este corto
pero arriesgado viaje, es un lujo que no me puedo permitir. Una de las
lecciones que aprendes tras una vida de libros, películas y videojuegos, es que
los lugares generalmente atestados de gente, como los centros comerciales, no
son muy buenos durante un evento como este, pero desgraciadamente en él hay
tiendas deportivas, almacenes con comida, y tal vez un guardia o un policía
muerto con municiones. No me queda otra sino entrar
-I know how to hurt, I know how to kill, I know what
to show, and what to conceal, I know when to talk, and I know when to touch, no
one ever die from wanting to much, TUN TUN TUN TUN, the world is not enough, but
it is such a perfect place to start, my love, and if you’re strong enough, together
we can take the world apart…
Mejor dejo
de cantar que la cago, mejor canto en voz baja.
-Un regalito
del divino baby
Un bate de
aluminio, tirado en toda la entrada, que conveniente, pareciera que el destino
quiere que yo conozca la mierda que se me viene encima, si tan solo el supiera
que no tengo la más mínima intención de pelear. No es por cobardía, es
perfectamente razonable, soy escuálido, delgado, sin fuerzas, no haría ningún
daño con este bate, lo único que tengo es un buen corazón, y me refiero al
órgano, y piernas decentes. De igual forma lo tomare, al menos puedo aventarlo
para hacer tropezar a mis perseguidores.
El centro
comercial es inmenso, hacia años ya que no pasaba por aquí, la última vez que
estuve por aquí tenia tal vez unos 8 años, lo curioso es que esta solo y
completamente muerto, en el buen sentido de la palabra. Coño esta mierda es tan
grande que podría echarme un pedo y sonaría por todo el lugar, es más, ¿Debería?
-Convoco a
los poderes oscuros de Shub Niggurat, de las profundidades de R’yleh, el
vigoroso Cthulhu, las fuerzas del inframundo me acompañan… DAME TU FUERZA
GOATSE…
*Pfft
-Esperaba
algo más… poderoso
Debería
dejar las estupideces, por un lado fue bueno que no sonara, pero me decepciona
que no fuera al menos algo ligeramente sonoro.
-Soy un
inútil
Dejando
atrás mí momento infantil, el segundo que me permito en el día, encuentro una
tienda de ropa, afuera yace un hombre muerto en el suelo, en sus treinta y
tantos, buen estado físico, tiene el rostro de un hombre de familia a pesar de
su relativa juventud, una argolla de matrimonio en su mano confirma que está
casado
-¿Qué habrá
sido de ella?
Más adelante
hay una mujer boca abajo, pareciera que intentara alcanzar al hombre, hay uno
de ellos no muerto-muerto encima de sus piernas, tiene 6 balas en el cráneo. La
mujer tiene el arma en su mano.
-Tal vez era
su esposo, murió tratando de llegar hacia él, tal vez quería morir a su lado
Linda y
triste historia, como la primera película de “La tierra antes del tiempo”. Te
culpo Pie pequeño por ser el precursor de una generación emo. El arma está
vacía, es un revolver, no me interesa nada más, mejor lo dejo allí y me voy de
compras. Me quedo con el suéter manga larga con líneas grises horizontales y
como hace frio, lo cual es muy raro, me quedo con el anorak naranja.
-Hay algo
sobre los anoraks naranjas, tiene que ver con caricaturas y mala suerte…
* 3 segundos
después
-Me vale
cojones
Ya cuando
voy a salir tropiezo una escoba, esta cae y escucho un gruñido…
-Oh mierda
La mejor
opción son los vestiers. Mi agilidad para esquivar cosas a veces me sorprende,
soy un completo inútil cuando tengo el control, pero cuando estoy en riesgo,
pareciera que mi propio cuerpo sabe exactamente qué hacer, movimientos con una
precisión felina, sorteando obstáculos como negro escapando de turba furiosa.
-¿Papi eres
tú?
Ese no fui
yo…
-¿Mami?
¿Es un
niño?, no pienses, solo aléjate del peligro y después preocúpate por lo que
viene luego, olvida la planificación, lo que tienes es el ahora. Sigue
corriendo hasta los vestiers, no puedo creer que estén tan lejos
-No me
asusten así, llevamos jugando al escondite por horas, ya tengo miedo y quiero
irme a casa - Es una niña
y parece estar en el vestier, supongo que compartiré el juego y el escondite.
En el pasillo de los cubículos hay una pequeña niña asomada
-Shhhhhh,
haz silencio que nos encontraran
-¿Quién
eres?
-Me llamo
Andrés, también juego al escondite, encontré a tus padres y me pidieron que
jugara contigo
-¿De veras?
¡Qué bien!
-Ok pero haz
silencio que nos encontraran
Era una
pequeña niña de no más de 6 o 7 años, su cabello era de color rubio, casi
resplandeciente, no serviría de mucho esconderse en la oscuridad con un cabello
tan brillante. Usaba un pequeño Jumper, zapatos deportivos y un pequeño reloj
de Hello Kitty
-No creía
que todavía hicieran esas cosas
-¿Qué dices?
-Disculpa
cariño, no decía nada
-Si tu lo
dices- La niña me miro con unos grandes ojos azules- Oye quieres ver mi ¿súper
escondite?
-¿No es
este?
-No, está más
adelante
La niña tomo
mi mano y me llevo a un cubículo que estaba más adelante, abrió la puerta y me
mostro un mini cuarto acomodado para ella, había comida, una pequeña colcha en
el piso y una muñeca de trapo en una silla.
-Mis papas
lo acomodaron para que me escondiera de la gente rara que camina feo, me traían
comida a menudo, mi mama siempre estaba conmigo porque mi papa decía que tenía
que trabajar en la tienda como policía porque no quería que los raros entraran
a robar ropa, robar está mal ¿Sabias?. Después mi mama se preocupo porque mi
papa no llegaba de su turno, aunque el siempre llega tarde a la casa, pero mi mama
me dice que íbamos a quedarnos un rato aquí porque tenía miedo de salir de la
tienda y que esta sería nuestra casa. En fin mi papa…
-¿Podrías
hablar en voz baja?
- Oh si, en
la escuela me dicen eso a menudo, te decía que mi papa no llegaba y que mi mama
se preocupo y me pidió que me quedara aquí y que jugara al escondite y que no
me dejara encontrar por nadie, hace mucho tiempo que mami no regresa
Si tan solo
supiera lo que hay allá afuera, esta niña es ignorante de todo, debe ser algún
tipo de bendición.
-¿Que fue
eso?- La niña exclama con la voz quebrada al oír un gruñido, el mismo que había
escuchado antes- Por favor diosito que no sea uno de los raros
-Tranquila
niña, yo estoy aquí, ¿Cómo te llamas?
-María
Carolina, pero mi mami me dice Caro
-Ok Caro, tu
tranquilita y no hagas ningún ruido, mientras nos quedemos calladitos no nos
pasara nada yo me quedo contigo
*Media hora
después
- Tengo
ganas de orinar, quiero hacer pipi
-No es
seguro Caro, ese raro allá afuera sigue rondando, esperemos un rato más
-Papa me
hubiera dejado ir
-Estoy
seguro que si cariño, pero papa no está y soy responsable por tu integridad
-¿Qué es
intigridad?
-Mas luego
te explico
-Tengo
hambre
-Espera a
que se valla el raro y buscaremos comida
-¡Tengo
hambre!
-¡Shhhh!,
que nos encontrara el raro, recuerda lo que dijo tu papi y tu mami, estamos
jugando al escondite
-¡Ya no
quiero jugar más, me voy!
La niña se
para y sale del cubículo, hacia el pasillo y al almacén de ropa
-Oh mierda,
me cago en la virgen
Detesto esta
sensación de deber que inunda mi cuerpo y mi mente, lo más probable es que me
maten por idiota y esa pobre estúpida seguirá sin saber que carajos pasa. Al
menos tengo algo con que protegerme. Salgo del pasillo, me pongo el anorak, la
capucha, empuño el bate. La niña contempla el cadáver de sus padres, mientras
algo la contempla a ella.
-Caro,
cariño, el raro te mira feo, ponte tras de mí y hablaremos luego de lo que
estás viendo, y que probablemente te dejara secuelas por siempre
Por tres
segundos la niña ni se inmuta
-Ya voy
El “raro”
nos mira fijamente, por suerte está solo.
-I KNOW HOW TO HURT- Primer swing, le pega en la
costilla
- I KNOW HOW TO KILL, I KNOW WHAT TO SHOW, AND WHAT TO
CONCEAL- Un golpe al estomago y a la barbilla con el bate
- I KNOW
WHEN TO TALK, AND I KNOW WHEN TO TOUCH- Espere demasiado a ver si caía, el raro
arremete contra mí, pero solo pienso en la niña
- ¡CARO
QUITATE DE AQUÍ!- le pego un empujón casi inhumano pero que la aleja del
peligro
Furia animal
se ve en sus grisáceos ojos, esto no es humano, no es animal, tal vez la niña no estaba
mal del todo en su infantil nombre, solo se les entiende como raros. En medio
de su embestida me doy cuenta que el bate se está doblando, un último golpe y
se rompe esta mierda, esos golpes que pegue, no fueron nada inteligentes, ¿una
costilla rota?, es inútil no siente dolor, ¿Al estomago y barbilla?, puede que
retumbe y caiga, pero se volverá a parar, solo una clase de golpe puede acabar
con esto…
-THE WORLD
IS NOT ENOUGH
¿Has visto
una bola de beisbol ser golpeada en cámara lenta?, yo no, pero tengo una idea
de cómo podría ser
-WOOOO, boom
HEADSHOT
-Vendrán más
raros si sigues gritando
CAPITULO 3
Después de
un frenesí viene la completa calma, ¿pero es esta calma realmente tranquila?
Dos miradas
en blanco se interconectan, la niña tiene que dejar de ver esto. Una joyería
cercana y “más segura” se convierte en el recipiente de algunas lágrimas.
-Tranquila,
todo va a estar bien- Estúpidas palabras de un hombre estúpido, ¿Cómo se me
ocurre decirle que todo va a estar bien después de ver a sus padres masacrados?
-¡No
Mientas!, no va a estar bien, ¡Alguien le hizo daño a mis papás y tu cantabas
esa boba canción!- No la culpo
- Lo siento,
si no lo hacía seguro nos hacían daño-
-¿Cantar?
-Si seguro,
cantar me ayuda a concentrarme, me hace sentir mejor, ¿no hay canciones que te
gusten?-
- No creo
que pueda recordar canciones ahora, mama cantaba para mí-
- Lo siento
Caro, no pude defender a tus padres, no los pude ayudar-
-¿Tú tienes
la culpa de esto?-
-No cariño,
no la tengo, pero si hubiera llegado más rápido, tal vez hubiese podido hacer
algo-
Si no me la
hubiese pasado de escondite en escondite, corriendo de un lado a otro. Tal vez
si hubiese conseguido un grupo de gente, la hubiese armado con bates,
recogiendo cuanto se pudiere, rescatando, ayudando, o algo, o lo que sea. No
debí entrar a este lugar, debí ignorarlo, debí seguir, debí hacer algo
diferente, debí morir con ellos, debí quedarme, ¿Por qué carajo corrí?, Ahora
esta puta incertidumbre y esta puta tragedia, con este puto cansancio y esta
puta niña, ¿Cómo coño he de seguir con un panorama tan desalentador?, ¿Las
cosas podrían ponerse peor?, sería mejor así te lo aseguro, así no tendría que
pararme de nuevo, así no tendría que actuar ya que las circunstancias serian
imposibles. Pero no, el destino decide darme esperanza, esta puta esperanza no
me sirve para nada, es vacía, no tiene recompensas, solo sufrimiento. Párate,
párate, párate… ¡Coño porque no te paras! Siéntate, acuéstate, espera a que
vengan, ¿Para qué luchar si todo está perdido?… Maldición, las ganas de vomitar regresan, habían cesado, pero están regresando nuevamente
-Maldición-
Mi rostro sucumbe y se vuelve a la fría y desoladora impotencia- Lo siento, de
verdad lo siento-
-No tienes
la culpa, ese raro y sus amigos son culpables. Ellos y su rabia, ¿porque tienen
tanta rabia?, ¿Por qué le hacen daño a la gente?, ¿Por qué?-
-Oye, oye,
oye, cálmate, tranquila, es cierto que las cosas están mal, pero te prometo que
de ahora en adelante, no te pasara nada malo-
- ¿Lo
prometes?-
- Si-
-¿Lo juras?-
La niña se limpia unas lagrimas de la cara
-Lo juro-
-Ok,
recuerda esto siempre, me prometes que no permitirás que me pase algo malo- Su
rostro denota firmeza en sus palabras, como si se transformara en otra persona
de un momento a otro. Los niños
son raros, nunca los entendí, nunca los entenderé. La mayoría del tiempo los
niños son constantes en sus acciones, actúan como infantes, son predecibles,
pero es raro cuando niños tan pequeños resultan tan maduros y ácidamente
honestos. Esta niña se adapta a las circunstancias, yo a su edad seguiría
llorando… ¿Lo estaría?
-Oye que te
parece si busco algo de protección, no nos podemos quedar quietos, ¿Qué tal
algunos guantes y rodilleras en alguna de las tiendas deportivas que hay en el
almacén? -La niña
guarda silencio
-¿Caro?-
Ni una respuesta, todavía no está dispuesta a
irse. Sigue siendo una niña después de todo
-Espérame
aquí, ya regreso-
Estoy de
vuelta en la tienda, la escena del crimen, tengo que hacer que la niña se
mueva, no la puedo abandonar, estaría abandonando mi humanidad y la culpa me
mataría. El anillo del padre y la madre están en mis manos mientras regreso
cuidadosamente a la joyería.
-Cierra los
ojos, por favor no los abras-
Un collar
del mostrador de vidrio roto de la joyería, mas los anillos de compromiso de
los padres, espero y esto sirva de algo. Sonara algo inhumano pero necesito a
la niña moviéndose, esto la hará moverse.
-Ahora
ábrelos- pausa mientras los abre- ¿Sabes qué es esto?-
- Es un
collar y esos son los anillos de compromiso de mis padres-
- Es tuyo,
estoy seguro que lo hubiesen querido así, de esta manera ellos siempre estarán
contigo-
No podría
decir que con poca emoción, se puso el collar improvisado y me acompaño hasta
una tienda deportiva. Se acerca el anochecer, no podemos demorar.
- Toma esas
rodilleras y póntelas, y el casco también, asegúralos bien-
Rodilleras,
casco de patinaje, guantes de motociclista de esos que dejan las falanges
libres y unas grandes pero ligeras botas. Dos bates de aluminio de los grandes,
ya tengo uno, pero no creo que aguante dos o tres golpes tan violentos antes de
doblarse por completo, y por si las moscas, un rifle de aire, bastante
genérico, pero parece un rifle de verdad.
-Agarra ese
morral- La niña señala al morral amarillo y grande- No ese no, el de al lado,
el verde pequeño, si ese mismo- A decir
verdad, estoy cagado del miedo, pero no puedo demostrar miedo, la niña colapsaría.
-Ok, yo
tomare ese bolso, es un poco más grande, llevare comida allí, enlatados
preferiblemente, espera un momento…-
Hay un
guardia de seguridad privada, de esos que transportan dinero, esta
horriblemente muerto, rara combinación de palabras, pero creo que es acorde.
Está en una habitación muy oscura.
-Quédate
atrás, no te acerques y no veas, si grito, corres y corres duro-
-Ok-
Es hora de
empuñar el bate de nuevo. El tipo tiene un hueco muy grande en su cabeza, pero
no consigo ver lo que busco, esta algo oscuro, estoy convencido de que este
tipo se mato o lo mato un compañero, parece haber muerto “en vida”, no tiene
mordidas, ni ese característico aroma a putrefacción combinado con arroz chino
de dos días, pero ser precavido nunca está de más. Tengo que seguir buscando a
ese preciado gusano, espero no sea un
señuelo y yo una miserable carpa a punto de morderlo. No estoy seguro de esto,
pero la esperanza de aquel tesoro es tan tentadora que me es imposible dejar de
pensar en ella, no solo porque significa un aumento en nuestras posibilidades
de vivir, también significa cumplir uno de mis sueños adolescentes, cargar una
escopeta.
En medio de
la oscuridad pateo algo que no suena a ropa ni a carne.
-Oh si-
-¿Qué paso?
-Encontré
algo que pega más duro que un bate-
-Una
Bennelli M4-
-¿Qué es
eso?-
-Una
Escopeta grande, está llena, excepto por una bala- Este se suicido- Encontré
también una cajita con varias balas adentro, tendrá unas 20 o algo así,
vallamos a buscar algo de comida- Aunque una ligera sonrisa se ilustra en mi
rostro, al bajar por unas escaleras una pregunta inunda mis pensamientos ¿Qué
hare después de esto?
-Oye…-
-…..-
-¿Andrés?
CAPITULO 4
Venir al Centro
Comercial no fue tan mala idea, a decir verdad, venía dispuesto a morir en este
lugar. Venía a encontrar la muerte, pero recibí algo completamente diferente,
una razón para vivir, no sé si estoy dispuesto a aceptarla, pero no habría
ninguna diferencia entre esos “raros” y yo, si abandonara a la pequeña en este
lugar. Sería un ser despreciable, sin humanidad, así como ellos
-¿Para donde
vamos?- No tengo la menor idea
- No se
Caro, pero no nos podemos quedar en el Centro Comercial otro día mas, cada día
vemos más raros caminando por allí cerca las puertas. En unos días podríamos encontrarnos
en una situación un tanto peligrosa, mejor prevenir que lamentar-
-¿Pero a
donde vamos?-
-En serio
que no tengo la menor idea, aunque creo que sería buena idea ir al mar, supongo
que estas cosas no podrán nadar, con suerte encontraremos un barco anclado,
agarramos comida, provisiones y vivimos allí.
- ¿Sabes manejar barcos? ¿Y eso será para
siempre?-
- No se
manejar barcos pero no puede ser tan difícil, además será solo para alejarnos
un poco de la orilla, para estar seguros, y creo que estaremos allí hasta que
las cosas mejoren – Aunque no creo que puedan mejorar
-¿Cuándo será
eso?-
- Espero que
pronto, deberíamos empezar a caminar, tenemos que llegar al centro antes de
medio día, tendríamos el resto de la tarde para buscar un lugar en el que
escondernos para pasar la noche y al día siguiente buscar un barco-
-Tengo sueño,
no pude dormir bien por los ruidos-
-Yo tampoco
pude dormir bien, las sillas del salón de seguridad no son muy cómodas, mas el
sonido de los gruñidos, me sorprende que lograras dormir algo-
Pasar tiempo
con la niña me ha obligado a alejarme de mi mismo, ya casi no hablo conmigo, no
creo que sea malo o bueno, solo es un cambio. Tal vez es una oportunidad, ¿pero
de qué?
El clima no
es muy agradable, si estuviésemos en condiciones de normalidad, me encantaría,
pero dadas las circunstancias, la lluvia y el frio no nos convienen. Lo que pedí
durante toda una vida, un clima más frio, menos calor, pero era mucho pedir un
clima antinatural considerando la altura respecto al mar. Dios tuvo que darme
esto justo cuando el mundo se fue a la mierda
-Te lo
agradezco- Tono sarcástico incluido mientras mira hacia arriba
-¿Qué cosa?-
-Ehm, nada-
Comienzo a
sentirme cansado y ella me dice que no me veo muy bien, me pregunta si me
siento bien, si estoy cansado, si quiero descansar, ¿agua?, ¿Quieres un poco?
Me siento un poco mierda, debo admitirlo. No es fiebre, ni gripa, es solo un
cansancio extraño, pero una vez más, no me puedo detener, mas aun cuando tengo
a alguien a quien proteger. Hemos caminado durante varias horas, a mi antiguo
estilo no hubiese tardado más de dos horas. Pero mi paso era muy diferente al de
ahora, antes corría semidesnudo completamente solo y sin cargar maletines,
ahora cargo dos maletines, dos bates, una pistola y una escopeta, el rifle se
fue al olvido, no era en absoluto práctico, ah, y se me olvidaba hay una niña cansada
al lado mío. Mis estimaciones no sirvieron de nada y la noche se acerca. No
hemos conseguido un lugar “más seguro”, que la misma calle. Debo admitir, hemos
tenido mucha suerte, solo unos pocos que hemos podido esquivar fácilmente,
aparentemente hay otra cosa que atrae su atención.
-Estoy
cansada, no puedo caminar más-
Me detengo,
tomo uno de los maletines y lo pongo al revés, en mi pecho. Me agacho y le digo
con un gesto que brinque a mi espalda, que la cargare. Habrá que ver cuánto
resisto
-Mi papa me
cargaba así todo el tiempo, jugábamos a los vaqueros y el jugaba de caballo, yo
era la alguacil y mi mama siempre era la ladrona- Hace una pausa mientras
intenta controlar las lagrimas y el llanto porque sabe que no podemos hacer
ruido- Yo los extraño, no quiero que se vallan – pero ya se han ido – Mi abuelito
y abuelita también deben haberse ido, y mis amigos del colegio también – Ella solloza
y el único alivio que tiene son sus silenciosas lagrimas – No te vayas por
favor –
- Te juro
que no me iré, recuerda que te lo prometí, no importa lo que me pase, no me voy
a… BLURRRRGH-
Mi cuerpo se
tambalea pero no derrumba mientras vomito lo poco que queda del almuerzo,
comienzo a sudar frio, pero no importa, yo estaré bien mientras ella esté bien.
-¡¿Estás
bien?!-suspira y se tapa la boca sabiendo que ha hecho demasiado ruido
- Lo estaré-
En la
distancia algo explota, ya es de noche y sin el fluido eléctrico, la ya
brillante y hermosa noche llena de estrellas, se ilumina aun más.
-¿Qué fue
eso?-
-Una explosión
muy grande y parece que…-
-¿Está
cayendo algo del cielo?-
-Mejor nos
ponemos bajo algo-
Miles de
pedazos de escombro y gente, si es que se le puede decir a eso “gente”, caen de
las estrellas. El dijo “Que de los cielos llueva gente”, y así lo hizo y vio El que era
bueno. Yo no lo considero así, pero aun así…
-BLURRRRGH-
Otra vez, ya no es el almuerzo, parece bilis color azul, esto no es bueno – No te
preocupes, estaré bien
Con esas
palabras comienzo a perder la consciencia, mientras mis ojos se cierran veo a
la pequeña María Carolina, con sus pequeños ojos azules, mirándome fijamente
con sus ojos llenos de lágrimas. Su cabello me recuerda al brillo de la luna y
miro hacia arriba tratando de verla, como si algo me esperase allá arriba. Mi
mirada regresa a ella y trato de decir algo, pero mis labios no se mueven,
quiero decirle, “No importa lo que pase”,
aunque en el fondo sepa que eso es una vaga esperanza
-¡No me
dejes!, ¡No te vayas!, ¡No mueras!, ¡VIVE!-
Mis ojos se
abren y estoy cerca de un callejón recostado sobre los maletines, hay vomito en
mi boca y siento que mi pulso es lento y débil. En la entrada del callejón esta
ella, apenas podía cargar la escopeta, por eso la apoya en un una silla. ¿Me
arrastro hasta acá?, no hay otra explicación posible. Intento ponerme de pie, intento
voltear la cabeza y no puedo, intento murmurar, pero no puedo. Veo que ella se
asusta, veo que ella se mueve e intenta apuntar. Ella dispara varias veces, se
queda sin munición. Se acerca a mí, no ve que tengo los ojos abiertos, y agarra
la pistola, dispara varias veces, gesticula triunfo, pero dura poco, mas lejos
se ven otros acercándose, son demasiados, un par de decenas. Sigue disparando y
se queda seca, sabe que no teníamos mucho, mira al suelo, y regresa a mí.
Intento alzar mi brazo para agarrarle y abrazarle, para que no se concentren en
ella y vengan por mí. Pero no puedo.
-¡Por favor,
Ayuda!-
Ella agarre el bate y se para enfrente de mí,
abre las piernas y se prepara para morir por mí. Lagrimas caen de mis ojos
porque veo la valentía de una pequeña. No lo intentes, ¡Hazlo!, ¡Pelea!, ¡No te
Rindas!
Esta noche
estoy aquí, en frente de un enemigo que no puedo vencer. Percibo al miedo como el
mismísimo fuego del infierno arrastrándose por mi espalda. Centellas se ven desde
la distancia y sus miradas son comparables como las de la medusa, capaces de inmovilizar
a hombres solo con un pequeño vistazo. Pero yo no soy de esos hombres…
-¡Andrés!-
Mi vida término
hace tiempo, pero eso no me detiene, hay otras vidas. Con gran furia descenderé
mi martillo sobre sus cabezas para proteger lo que atesoro. Si me quitan mi
instrumento, mis manos atravesaran sus ojos. Si me quitan los brazos, los pisoteare
hasta la muerte. Si me arrebatan las piernas, los morderé hasta que se
desangren. Con gran gloria y magnificencia regresare y devolveré lo que tanto
han arrebatado ellos. Mi mente se pierde entre las miradas, pero eso no es
relevante ahora, hay otro que me mira en la distancia y comienzo a agotar las
pocas fuerzas que me quedan. No me puedo detener ahora, debo vivir por los
otros.
-¡Ayúdenos!-